El Canal de Panamá es una de las
mayores infraestructuras construidas por el hombre, y un importantísimo
elemento dinamizador del comercio marítimo. Construido entre 1904 y 1914 por
los Estados Unidos, desde el año 2000 es gestionado por el propio gobierno
panameño.
El Canal de Panamá costó a los
estadounidenses aproximadamente $375,000,000, incluyendo los $10,000,000
pagados a Panamá y los $40,000,000 pagados a la compañía francesa,
convirtiéndose así en el proyecto más costoso asumido por el país hasta ese
momento.
Tras casi 60 años de operaciones
bajo soberanía norteamericana, en 1977 se firmaron los tratados
Torrijos-Carter, por los que se planteaba la devolución en el año 2000 de la
soberanía del Canal a los panameños. Durante los 20 años de transición, el
Canal fué operado por la Comisión del Canal de Panamá, una agencia del gobierno
de los Estados Unidos. El 31 de diciembre de 1999 fue transferida finalmente la
soberanía, y desde entonces el Canal es operado por las autoridades panameñas a
través de la Autoridad del Canal de Panamá.
El Canal es una vía de vital
importancia para el comercio internacional. De acuerdo con los Informes Anuales
del Canal, más de 910,000 buques han transitado por él entre 1914 y 2002. En
2003, se registraron 13.154 tránsitos. Se movieron 188,3 millones de toneladas
de carga. Los ingresos por peajes y servicios supusieron 863,6 millones de
dólares.
Panamá es uno de los destinos
turísticos más modernos y progresistas en América Central y, aunque ofrece una
amplia variedad de atracciones y actividades, el Canal de Panamá es tal vez su
atracción más conocida y popular. Un viaje por el Canal de Panamá encabeza la
lista de miles de turistas, y aquellos que han hecho el viaje lo describen como
una de las aventuras más memorables de sus vidas.
Hoy día el Canal de Panamá
continúa siendo una beneficiosa empresa comercial e igualmente mantiene su
fundamental desempeño de conexión marítima. La ubicación estratégica del Canal
de Panamá y su corta distancia entre los océanos Atlántico y Pacífico, ha
provocado durante muchos años otras tentativas por copiar la ruta de mercadeo
entre los dos océanos. Aunque entre los planes iniciales se tramaba una ruta
terrestre que conectara los puertos entre los océanos Atlántico y Pacífico, la
especulación sobre un posible canal, se remota a las primeras exploraciones
europeas en América.
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